sábado, 30 de octubre de 2010

cronicas de un censo

Apenas llegué a la calle, dos viejos sentados en la puerta me dijeron que me estaban esperando. Yo tenía que empezar por la otra esquina asique estuvieron esperando unas cuantas horas. Cuando llego a su casa, un hombre mas grande que mi papá me hace entrar a su casa y me muestra lo que fué la casa de su madre, un esqueleto de casa muy antigua muy hermosa tambien, con un aire de abandono que no me dejaba de atraer. Me muestra su casa, realmente nose porque, me hace galletitas con paté, me sirve cerveza isenbek de latita, me dice que tiene muchas piezas y que esta separado, que vive solo en una casa hecha para siete o más, pero que el no mira para atrás, que quiere disfrutar la vida y mientras lo decía se abria un vinito para el almuerzo. Me dijo que me convidaría el pollo pero que era poco. Yo le hacía chistes y le sacaba charla poruqe me daba cuenta que realmente necesitaba hablar. No sabía como salir de esa casa porque el hombre no paraba de hacerme mas y mas galletitas con paté, cuando tuve tiempo me fuí como si fuera una grán amiga de ese hombre que me temo nunca volveré a ver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario